Tarde de domingo, hace unos días, me anocheció en Gredos, despues de unos kilometros en el todoterreno y otros andando por esta sierra, antaño tierra de Celtas, hoy tierra de cabreros, majas y atajos de cabras, tambien algún abanderado del imperio Quechua recorriendo trochas.
El sol fue cayendo lentamente, dejando un atardecer tranquilo, sereno y frio, en el que la luz cambiante dejaba hermosos colores otoñales de la vegetación y sombras azules y rojizas en el relieve del horizonte.
Un olor limpio, humedo de brotes de jara y tomillo salsero y un sonido de recogida de ganado cabrío.
Regresé protegido del frio en el todoterreno, con los Clod Play a todo volumen. Estupenda tarde.
Saludos.
(Las fotografías estan hechas camino de La Peña de Chilla, por encima del Castro del Raso y cerca del Arroyo de la Vejiga).