Como para un regalo de Reyes, así amaneció la cara meridional de la Sierra de Gredos un par de días antes de que llegaran los Reyes Magos. Hubo dos días de lluvias, cayeron casi 70 litros por metro cuadrado, vino muy bien para el campo, en especial para las siembras que ya habían enraizado a cierta profundidad, aquella noche bajo la temperatura y por la mañana después de horas de bruma apareció el gran espectáculo de la Sierra de Gredos con un buen nevazo.
La mañana era limpia, donde hice esta foto había un bando de garcillas buheyeras (Bubulcus ibis), otro de avefrías (Vanellus vanellus) y como no, otro de nuestras acompañantes invernales, las grullas (Grus grus); seguramente buscando semillas, bellotas, pequeños invertebrados, o insectos en el oportuno charco que se había formado con las lluvias.
Espero que disfrutéis con esta fotografía, si los Reyes Magos no os dejaron nada, siempre estará la Sierra de Gredos.